No puede ser más cómoda ni más fresquita, aunque la próxima vez estrecharé un poco el patrón por debajo del pecho.
Para que las vistas se mantuviesen en su sitio he hecho unas puntadas decorativas a mano, aprovechando la hora de la siesta.
La tela es una viscosa blanca de Cal Joan teñida siguiendo la técnica Itajime, mi idea era que quedasen los espacios sin teñir con forma circular, pero no me entraba bien en la cazuela con todas las pinzas que había puesto para sujetar los dos círculos de madera que evitaban el paso del tinte. Total, no pasa nada por quitar un par de pincitas, no? Ejem, pues ya veis que sí, la próxima vez usaré un recipiente más grande.
No soy la única con un ataque agudo de la contagiosa "Fiebre de Ogden", mirad, la epidemia ya ha alcanzado a:
Más de lo que me gusta (en realidad ella es el paciente cero)
Vámonos a MIMI, a ver si contagiamos a alguien más.